En este maravilloso puñado de poemas la autora nos permite conocer lo que refleja su propio espejo, es decir, el texto mismo surgido por el respeto a la experiencia. Sin tapujos se plantea interrogantes, lo hace sin concesiones, con belleza, sensualidad y con desgarro íntimo. Está escrito como una intensa parábola dividida en tres capítulos donde la poeta cuestiona su vida y sus actos, los critica, los rechaza y al final de la partida, los modifica y acepta. Sus poemas son la traducción de los pasos que ha debido dar, y a manera de continuidad vivencial, imprime su particular mirada, tanto de ella, como de los otros.
La poesía es ese tiempo que colapsa donde las palabras se deslizan en una hoja en blanco que espera ser tocada por la mirada del poeta. Que la poesía nos acompañe, nos acerque y nos calme en este mundo confuso.
jueves, 19 de septiembre de 2019
Reseña
En este maravilloso puñado de poemas la autora nos permite conocer lo que refleja su propio espejo, es decir, el texto mismo surgido por el respeto a la experiencia. Sin tapujos se plantea interrogantes, lo hace sin concesiones, con belleza, sensualidad y con desgarro íntimo. Está escrito como una intensa parábola dividida en tres capítulos donde la poeta cuestiona su vida y sus actos, los critica, los rechaza y al final de la partida, los modifica y acepta. Sus poemas son la traducción de los pasos que ha debido dar, y a manera de continuidad vivencial, imprime su particular mirada, tanto de ella, como de los otros.
En este maravilloso puñado de poemas la autora nos permite conocer lo que refleja su propio espejo, es decir, el texto mismo surgido por el respeto a la experiencia. Sin tapujos se plantea interrogantes, lo hace sin concesiones, con belleza, sensualidad y con desgarro íntimo. Está escrito como una intensa parábola dividida en tres capítulos donde la poeta cuestiona su vida y sus actos, los critica, los rechaza y al final de la partida, los modifica y acepta. Sus poemas son la traducción de los pasos que ha debido dar, y a manera de continuidad vivencial, imprime su particular mirada, tanto de ella, como de los otros.
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